México necesita modernizar su industria energética con inversiones privadas
MÉXICO NECESITA MODERNIZAR SU INDUSTRIA ENERGÉTICA CON INVERSIONES PRIVADAS
A lo largo de estos primeros cien días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los inversionistas nacionales y extranjeros, muchos lo han dicho y muchos no, pero lo piensan, señalan que se percibe un aroma a nacionalismo en los temas económicos y energéticos, un modelo diametralmente opuesto al aplicado durante la administración de Enrique Peña Nieto, quien, entre otras acciones, propuso y condujo la apertura energética, abriendo a PEMEX a la competencia nacional e internacional.
Y en la pasada administración como hubo cosas malas, también hubo cosas buenas. Y un ejemplo de ello es la producción de energía eólica que es pionera por excelencia en la generación eléctrica sustentable de nuestro país, gracias a la cantidad de recursos del viento en territorio mexicano. En el sexenio de Enrique Peña Nieto la infraestructura eólica creció en un 300 por ciento y de mantener esta tendencia se superarán los 10 mil megawatts en el 2024.
El problema, me parece, radica que en el exterior están percibiendo cerrazón por parte del Gobierno Federal, en un momento crítico donde el común denominador es que el Gobierno de México no está inspirando la confianza necesaria entre los inversionistas privados y extranjeros, sobre todo entre la clase empresarial del sector energético del sur de los Estados Unidos, cuyas inversiones son una muy importante palanca de desarrollo para nuestro país desde hace más de cinco años.
Y es que al día de hoy el Gobierno de México ha mandado mensajes preocupantes a la clase empresarial, que hace apenas unos meses estaba deseosa de invertir en nuestro país, pero con subastas de energía canceladas, proyectos de ductos detenidos, la prohibición de usar fraking en los procesos de explotación, los enfrentamientos con ladrones de combustible, las fuertes presiones políticas para que los reguladores renuncien y el proyecto de construcción de una refinería de ocho mil millones de dólares en Tabasco, las preocupaciones surgen en estos primeros cien días de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Y si bien es cierto que han dejado operar estaciones de servicio de marcas extranjeras de gasolinas en territorio nacional, también es cierto que han pospuesto indefinidamente o cancelado definitivamente, las subastas de energía para proyectos de petróleo, gas natural y energías renovables.
Esa es la imagen que tienen del Gobierno de México en el extranjero: “para todos los propósitos prácticos, la reforma energética en México está muerta”, aseguró Tony Payan, director del Centro México en el Instituto Baker de la Universidad Rice.
López Obrador quiere restablecer la estabilidad financiera y los números de producción de Petróleos Mexicanos. Sin embargo, este escenario se ve muy complicado debido a que la petrolera mexicana enfrenta duras realidades, como que la Empresa Productiva del Estado recibió en 2018 ingresos por $ 88,7 mil millones y registró pérdidas por $7,6 mil millones. Además, la producción de petróleo crudo en México cayó a su punto más bajo en los últimos 15 años al alcanzar sólo 1’620,000 barriles por día durante el mes de enero, mientras que las importaciones de gasolina y diésel han aumentado alrededor de un ochenta por ciento.
Antes de que López Obrador asumiera la presidencia de México, el precio promedio del litro de combustible era de $19.80, lo que se traduce en alrededor de US$3.94 por galón. Ahora, a cien días de distancia de su asunción al poder, los precios de la gasolina en México promedian alrededor de US $4.18 por galón y más de $20.00 por litro.
Payan señaló que cerrar el sector energético de México a la inversión y a la competencia, al tiempo que se busca apuntalar a una empresa nacional de bajo rendimiento como Pemex, no revertirá esas tendencias y solo promete hacer que los precios de los combustibles sean aún más costosos en el futuro mediato.
López Obrador -dice Payán- “lo que está haciendo es condenar a México a un modelo energético atrasado para las próximas décadas. El progreso de México en materia de energía se ha visto comprometido durante al menos 20 años”.
A menos de dos semanas de haber asumido el cargo, la administración de López Obrador canceló dos subastas que habrían llevado perforación a gran escala de petróleo crudo y gas natural a Tamaulipas. Una de ellas, habría traído fracking o fracturación hidráulica al estado. Sin embargo, López Obrador, durante su toma de protesta, reiteró su oposición al fracking. Y desde entonces, el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, ha intentado convencer al gobierno federal para reabrir las subastas, demostrando de que la fractura hidráulica es segura. El mandatario tamaulipeco en el tema energético ha trabajado mucho sabiendo el potencial que tiene el estado en ello.
La tecnología en la industria de las energías ha evolucionado. Ahora, ésta no necesita tanta agua y además puede usar agua tratada o agua salada, que es un modelo más controlado y amigable con el medio ambiente. De llevarse a cabo estas subastas, los beneficios económicos para el país, para el estado y para la población permitirán mejorar la calidad de vida.
“Cuando se trata de petróleo y gas natural, ya no es solo un problema de seguridad energética, sino que se ha convertido en un problema de seguridad nacional -dijo el Gobernador Cabeza de Vaca-, quien reitera que se necesita tener la capacidad para extraer los hidrocarburos que tenemos en el suelo”.
Pero las reformas no sólo benefician a Tamaulipas. Bajo la reforma energética de México, la petrolera de Houston Talos Energy y Exxon Mobil, con sede en Irving, ganaron subastas para proyectos en el extranjero. La compañía de refinación Valero Energy Corp. de San Antonio está invirtiendo en un proyecto que le permitiría importar gasolina y diésel en el Puerto de Veracruz y trasladar el combustible a la Ciudad de México y otros mercados.
El éxito de reforma energética no se debería de medir en barriles, sino en los más de $3,700 millones de dólares invertidos en el Golfo de México los últimos años, sostuvo Sergio Pimentel, integrante de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Para Bloomberg, cancelar la Reforma Energética daría al traste con 107 contratos petroleros e inversiones comprometidas por más de 100 mil millones de dólares para las siguientes dos décadas.
Asimismo, se verían afectados económicamente los estados productores de gas y petróleo en el país, de acuerdo con Moody’s Investors Service. Y es que, gracias a la nueva distribución de los ingresos petroleros, Campeche, Chiapas, Tabascos, Tamaulipas, Veracruz, Baja California, Chihuahua y Nuevo León son las principales entidades que ganarán inversiones y empleo con la aprobación de la reforma energética, pues se espera que se detone obra pública y privada para la conformación de clústeres petroleros recibirán mayores recursos del Fondo de Extracción de Hidrocarburos.
Asimismo, de acuerdo con el estudio Situación Regional Sectorial de BBVA Bancomer, Tabasco, Veracruz, Campeche, Chiapas, Puebla, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí, registraron mayor dinamismo económico en el 2018 al que se hubieran observado sin la reforma energética.
Y al día de hoy nadie puede acusar que, en el tema energético, Tamaulipas no está haciendo su tarea. Por el contrario, se está haciendo y bien. Baste solo un ejemplo. La ibérica Acciona puso en marcha el parque eólico El Cortijo, de 183 megawatts cerca de Reynosa. Éste es el primer complejo eólico nuevo, producto de la primera subasta de largo plazo del país, con una inversión asociada que ronda los 235 millones de dólares.
El Cortijo es el resultado de la adjudicación a Acciona de 585.5 gigawatts hora de energía y de los certificados de energía limpia correspondientes, en la primera subasta de electricidad a largo plazo.
Ubicado a 40 kilómetros al sur de Reynosa, El Cortijo consta de 61 aerogeneradores Nordex, modelo AW125/3000, de 3 MW de potencia nominal y rotor de 125 metros de diámetro, sobre torre de concreto de 120 metros de altura. El ritmo de construcción permitió que la instalación pudiera estar concluida con antelación a la fecha prevista.
El parque eólico producirá electricidad de origen renovable equivalente al consumo de 350,000 hogares mexicanos y evitará con ello la emisión cada año de más de 429,000 toneladas de CO2, ejerciendo un esfuerzo de depuración de la atmósfera equivalente al de 21.5 millones de árboles en el proceso de fotosíntesis.
Los resultados de la tercera subasta de electricidad a largo plazo en México, dados a conocer en noviembre del 2017 y que adjudicaron a Acciona 52.04 MW de potencia garantizados por este parque, supondrán un tercer tipo de ingreso para esta instalación, adicional a los derivados de venta de energía y certificados de energía limpia.
Es importante que el Gobierno Federal analice dos o más veces la importancia de la apertura en el mercado de las energías, de mantener y afinar la Reforma Energética y de permitir que las inversiones en la materia lleguen a las entidades del país, con vocación para ello, buscando siempre lograr mejores condiciones de vida para todos. Y si se logra el éxito como hasta ahora se ha logrado en muchos de los proyectos que han venido aterrizando, ganamos todos: el gobierno, las empresas, los trabajadores y el mercado.
Y es también necesario que el presidente conforme un equipo de mandatarios estatales con experiencias exitosas en esos temas, para construir modelos que se puedan replicar en otras entidades del país y les compartan no sólo el modelo de operación, sino también las acciones que les han permitido alcanzar buenos resultados. Y permítame insistir, dos o más cabezas, piensan más que una.
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