Aunque ahora sea un clásico, ‘Cadena perpetua’ fue un gran fracaso de taquilla
No todas las películas hoy en día definidas como clásicos del cine fueron éxitos de taquilla […]
No todas las películas hoy en día definidas como clásicos del cine fueron éxitos de taquilla. Muchas de ellas acaban siendo redescubiertas y revalorizadas con el tiempo, encontrando una segunda vida más allá de las salas, y en ocasiones, la inmortalidad en la historia del cine. Es el caso de la adaptación de Stephen King, Cadena perpetua, uno de los films más aplaudidos de los 90.
Actualmente, la película de Frank Darabont goza de un culto inquebrantable, pero aunque parezca increíble, en su estreno no logró congregar a la audiencia y fue tachada oficialmente de fracaso comercial. Claro que, como veremos a continuación, el tiempo la puso en su lugar, demostrando que un fiasco en taquilla no quiere decir necesariamente el fin del camino para una película.
Cadena perpetua (Sueños de libertad en Hispanoamérica) fue estrenada en octubre de 1994 en Estados Unidos, y un poco más tarde, en febrero de 1995, en España. Dirigida y escrita por Frank Darabont (La milla verde, La niebla) a partir del relato corto de Stephen King titulado Rita Hayworth and Shawshank Redemption (1982), la película narra la historia de Andrew Dufresne (Tim Robbins), un banquero condenado erróneamente a cadena perpetua por el asesinato de su mujer y el amante de esta, y la fuerte amistad que desarrolla a lo largo de los años entre rejas con Red (Morgan Freeman), uno de los reclusos más longevos y con más poder de la penitenciaría.
Darabont transformó con acierto el relato de King en un largometraje de 140 minutos de duración (hoy en día no cabe duda de que sería adaptado como una miniserie de televisión). Como curiosidad, la relación entre el director y el autor se remontaba diez años atrás. King puso en marcha la iniciativa Dollar Baby, por la cual daba la opción de vender los derechos de su obra a estudiantes y directores principiantes por solo un dólar. Así fue cómo Darabont compró la historia con la que dirigió su primer cortometraje en 1984, La mujer de la habitación. Gracias a esta colaboración, Darabont y King se hicieron amigos. Más adelante, el autor le vendió los derechos de Cadena perpetua por solo mil dólares, como gesto para demostrarle su amistad. King nunca llegó a cobrar ese cheque y años después del estreno se lo envió enmarcado a Darabont con una nota que decía “Por si alguna vez necesitas dinero para la fianza. Con cariño, Steve” (IMDb).
Para su primer largometraje como director, Darabont se rodeó de un equipo inmejorable en el que se incluían el compositor Thomas Newman y el aclamado director de fotografía Roger Deakins, aunque del guion se encargó él solo. El título original, Rita Hayworth and Shawshank Redemption, fue acortado en cines eliminando el nombre de la mítica actriz para no dar a creer que se trataba de un biopic de la protagonista de Gilda. El trabajo de Darabont tuvo su recompensa en forma de prestigio: la película recibió críticas muy positivas y fue nominada a 7 Oscar, aunque no ganó ninguno.
Cadena perpetua es un clásico incontestable de los 90, un drama rebosante de humanidad sobre la amistad, la injusticia, el abuso de poder y la redención. La historia nos habla de la imperfección y corrupción del sistema penitenciario estadounidense en los años 40 y 50, de cómo presos que cumplen largas condenas, muchos acusados erróneamente, no están preparados para reinsertarse en la sociedad y han olvidado cómo vivir siendo libres. A pesar de su marcado sentimentalismo, esa humanidad que recorre todo el metraje convierte la película en uno de los dramas carcelarios más icónicos y apreciados de todos los tiempos.
Y también una de las adaptaciones de Stephen King más celebradas. Actualmente, el prolífico autor de Maine atraviesa un nuevo momento de apogeo gracias a múltiples adaptaciones para el cine y la televisión (11.22.63, It, Castle Rock, Cementerio de animales, Doctor Sueño, El visitante), pero su obra no siempre se ha traducido con éxito a la pantalla, resultando en numerosos fracasos comerciales y artísticos.
En este sentido, Cadena perpetua es unánimemente considerada como una de las mejores adaptaciones a la pantalla de una obra de Stephen King, y curiosamente, es una de las pocas que no incluye ningún elemento fantástico o de terror. El propio escritor ha citado la película en muchas ocasiones como una de sus adaptaciones favoritas. De hecho, pocos años después de su estreno, publicó otra historia ambientada en una prisión (esta vez sí con elementos fantásticos y de realismo mágico), La milla verde, cuya adaptación al cine también fue dirigida por Darabont. Por su parte, Morgan Freeman también opina que Cadena perpetua es una de las mejores películas de su propia filmografía.
Y el público está de acuerdo. Lleva muchos años en el puesto número 1 de las mejores películas de la historia según los usuarios de la web IMDb, con un impresionante 9,3 de nota y más de dos millones de votos. En Filmaffinity también es uno de los títulos mejor valorados, con un 8,6 y más de 260.000 votos actualmente. Y como decíamos antes, la crítica en este caso coincide con el público, con un 90% de críticas positivas en RottenTomatoes y un 80 en Metacritic. Pero sorprendentemente, lo que ahora es un clásico indudable y una obra maestra para muchos, en su estreno fue un fracaso económico.
Cadena perpetua contó con un presupuesto de 22 millones de euros y recaudó tan solo 16 en su recorrido inicial en cines estadounidenses. Las 7 nominaciones al Óscar que recibió posteriormente le dieron un impulso que sumó 9 millones adicionales, pero aun así, su recaudación total en Estados Unidos quedó en unos meros 25 millones de euros, cantidad que apenas cubrió los costes de la producción. La taquilla internacional elevó la cifra total mundial a 52 millones de euros, lo que ayudó al estudio a no perder dinero a pesar de todo, pero aun así no se libró de recibir la etiqueta oficial de fracaso comercial (cifras sin contar inflación; BoxOfficeMojo).
Se ha especulado mucho sobre cómo habría funcionado la película si hubiera tenido a otros protagonistas. De hecho, fueron muchos los nombres que se barajaron para interpretar a Andy y Red antes de que los papeles recayeran en Tim Robbins y Morgan Freeman, la mayoría grandes estrellas de Hollywood. Tom Hanks, Kevin Costner, Tom Cruise, Nicolas Cage, Charlie Sheen, Johnny Depp, Jeff Bridges y Matthew Broderick fueron algunos de los posibles candidatos para encarnar a Andrew, mientras que para el papel de Red se propuso a Clint Eastwood, Harrison Ford, Paul Newman y Robert Redford. Finalmente, Darabont optó por Freeman por su presencia autoritaria y su voz profunda, haciendo caso omiso a la versión de King, que en el relato lo describía como un irlandés pelirrojo con canas (IMDb).
También se cree que el título pudo ser un factor importante en la falta de interés del público. Pero Darabont tiene su propia teoría sobre por qué la película fracasó inicialmente. Así lo explicaba el director en una entrevista con Yahoo Movies en 2016: “Con Cadena perpetua, creo que el problema fue que era una película carcelaria. Tenía a dos actores prominentes, pero creo que la gente vio el trailer y pensó, ‘Esto me va a deprimir’. Sinceramente, pienso que ese fue un factor de lejos más importante que el título. Si hubiera sido una película de acción entre rejas, la audiencia habría ido a verla automáticamente. Pero como salían Tom Robbins y Morgan Freeman, parecía una cucharada de medicina. Así que la gente no fue”.
Nunca sabremos si con otro título o con Tom Hanks como protagonista (que por cierto, rechazó el papel para hacer Forrest Gump, así que no creemos que se arrepienta), Cadena perpetua habría sido un éxito de taquilla. Pero lo cierto es que ya no importa. Han pasado 26 años desde su estreno y su legado sigue vivo.
La película se convirtió en un fenómeno a su propio ritmo, gracias al mercado de vídeo y a la televisión, demostrando que un fracaso inicial no es una sentencia para toda la vida. Con frases memorables como “Tuve que entrar en prisión para convertirme en un criminal” o “Empeñarse en morir o empeñarse en vivir”, escenas inolvidables como la muerte de Brooks o la huída de Andy, grandes dosis de emoción y una historia atemporal con un mensaje de bondad universal, Cadena perpetua se erigió como un gran clásico americano del cine, encontrando así su lugar en el panteón de las películas más queridas de todos los tiempos. Por tanto, su desastre en taquilla ya no es más que una anécdota.