CARLOS CORTESCD. VICTORIAOPINIONREGIONAL

Angélica y Enrique: El cuento de hadas se acabó

ANGÉLICA Y ENRIQUE: EL CUENTO DE HADAS SE ACABÓ

Dice el refrán popular que lo que inicia mal irremediablemente termina mal. Y eso mismo pasó con la relación entre el ex presidente de México, Enrique Peña Nieto y su “Gaviota”, Angélica Rivera, quienes contrajeron matrimonio el 27 de noviembre de 2010, en la Catedral de Toluca, en las postrimerías del gobierno mexiquense.

Siempre, en los mentideros políticos y en las redes sociales, se dijo que el matrimonio entre ambos personajes habría sido una unión sólo por conveniencia, para ayudar al mexiquense a alcanza la primera magistratura del país desde la plataforma de un cuento de hadas. O para, digamos, conformar el guión de la telenovela que llevó a ambos a vivir en la Residencia Oficial en Los Pinos. Y así ocurrió.

Y aunque hay versiones que aseguran que “La Gaviota” dejó de vivir junto a Peña Nieto en “Los Pinos”, hace más de dos años, son muchas las muestras en video de la animadversión entre ambos en donde se tenían que presentar juntos. Asimismo, hay versiones de que ambos llegaron al acuerdo de no divorciarse hasta terminada la gestión de gobierno en diciembre de 2018 para no dañar la de por sí ya mermada imagen presidencial. Y así ocurrió cuando hace unos cuantos días, Angélica Rivera anunció la separación formal en sus redes sociales, ante las fotografías que se filtraron de Peña Nieto y su nueva conquista, la modelo Tania Ruiz.

Así lo anunció Angélica Rivera en sus redes sociales: “Lamento profundamente esta situación tan dolorosa para mí y para nuestros hijos. Por tal motivo he tomado la decisión de divorciarme. A mi esposo, siempre le entregué con amor mi tiempo y esfuerzo para cumplir como esposa, compañera y madre. Hoy toda mi energía fuerza y amor está enfocada en seguir siendo una buena madre, en recuperar mi vida y mi carrera profesional. Agradezco el respeto para mantener la tranquilidad emocional que merecen nuestros hijos”.

Pero no podemos olvidar que el primer desencuentro público entre ambos se dio en el 2014 con el tema de la Casa Blanca. Cosa de recordar que, en mayo de 2013, los lectores de la revista ¡Hola! –habituados a conocer de las vidas y propiedades de la élite y el jet set internacional- se toparon con un reportaje que la publicación calificó como “excepcional e histórica”. En la publicación pudieron observarse grandes fotografías de una lujosa y moderna residencia ubicada en Lomas de Chapultepec, una de las zonas de más alta plusvalía en la Ciudad de México, que servían de marco para presentar una amplia entrevista con la actriz Angélica Rivera, esposa del entonces presidente Peña Nieto, quien recibió a la revista en su “residencia familiar”, donde posó para la lente y respondió a todas las preguntas, “sin miramientos y con total sinceridad…”. En la entrevista, la primera dama habló de su marido, de los seis hijos de ambos y, por supuesto, de esa lujosa residencia.

Con olfato periodístico, el equipo de Carmen Aristegui realizó una profunda investigación que arrojó que la residencia que se ubica en Sierra Gorda número 150 no está registrada a nombre de Enrique Peña Nieto ni de Angélica Rivera ni de ninguno de sus hijos. La lujosa residencia –con un valor aproximado de 86 millones de pesos, alrededor de siete millones de dólares (al tipo de cambio de julio de 2014), según un avalúo independiente contratado para esa investigación– es propiedad de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, una empresa propiedad de Grupo Higa, perteneciente al reynosense Juan Armando Hinojosa Cantú. En la investigación de Aristegui participó la plataforma de periodismo latinoamericano Connectas y el International Center For Journalists.

Asimismo, la investigación periodística comprobó que el Estado Mayor Presidencial resguardaba la casa de Sierra Gorda 150, y que el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa participaron, personalmente, con el arquitecto que diseñó la residencia, para que el trazo se ajustara a sus necesidades familiares.

El diseño de la residencia estuvo a cargo del arquitecto mexicano Miguel Ángel Aragonés y sus fotos aún se exhiben en su sitio web www.aragones.com.mx, con el título “Casa La Palma”. Los interiores que exhibe el portal web son los mismos donde Angélica Rivera posó para la revista ¡Hola! y la sala, los escalones y los muebles son idénticos en todas las imágenes.

El arquitecto Aragonés confirmó que, si diseñó la casa del presidente en una entrevista que dio al periodista Alberto Tavira, en el programa Los despachos del podertransmitido por TV Azteca el 26 de octubre de 2013.

Derivado del escándalo de la residencia, la Primera Dama de México, Angélica Rivera, hizo público un video en Youtube en el que aseguró que la casa de Sierra Gorda número 150, en Lomas de Chapultepec, en la que vive junto a su esposo, el presidente Enrique Peña Nieto, si es de su propiedad.

En el mensaje en video, Rivera aseguró que cuenta con la capacidad económica y los recursos suficientes para construir un patrimonio propio para ella y sus hijas, tras 25 años trabajando como actriz de telenovelas y conductora para la empresa Televisa. Asimismo, la Primera Dama hizo público en su página web una copia del contrato de compraventa de este inmueble firmado por ella el 12 de enero de 2012.

Rivera, entonces de Peña, se dirigió a los mexicanos señalando que “hoy estoy aquí para defender mi integridad, la de mis hijos y la de mi esposo, junto a esta explicación que les he dado en este momento yo estoy haciendo pública documentación privada sin tener ninguna obligación, yo no soy servidora pública, pero yo no puedo permitir que este tema ponga en duda mi honorabilidad y sobre todo que se pretenda dañar a mi familia”, dijo.

En el mismo video, Rivera de Peña dio a conocer que vendería los derechos derivados de la compraventa de la casa ubicada en Sierra Gorda número 150, para evitar que este asunto “siga siendo un pretexto para ofender y difamar a mi familia”.

Y remató: “por eso decidí explicarles todo lo relacionado con esta casa, con la misma apertura con la que les he compartido los detalles de este caso, quiero comunicarles que he tomado la decisión de vender los derechos derivados del contrato de compraventa porque yo no quiero que este siga siendo un pretexto para ofender y difamar a mi familia”, apuntó.

En la lectura de su mensaje, Rivera explicó que, en su última renovación de contrato con Televisa, tras 25 años trabajando para esa cadena como actriz, en el 2008 se le otorgó “el uso y goce de la casa” ubicada en Paseo de las Palmas número 1325 -la cual está junto a la propiedad de Sierra Gorda número 150-. Rivera detalló también que en 2010 Televisa le pagó 88 millones 631 mil pesos más IVA y expidió a su favor las escrituras de la casa de Paseo de las Palmas, como parte del contrato de exclusividad por cinco años con esa empresa.

Además, agregó que, en su declaración fiscal del año 2010, cuando se celebró el convenio de terminación de contrato con Televisa, declaró ante Hacienda ingresos por la cantidad de 131 millones 690 mil pesos, de los cuales pagó 39 millones 278 mil pesos en impuestos, “así les demuestro que tengo la capacidad económica y recursos propios para tener un patrimonio para mí y mis hijas”.

Posteriormente, la entonces Primera Dama señaló que “para continuar forjando un patrimonio para mis hijas”, en el año 2009 buscó el terreno para construir una casa. Y agregó que “efectivamente, conocí al ingeniero Juan Armando Hinojosa (propietario del Grupo Higa), como he conocido a muchos otros empresarios y artistas. Por las actividades inmobiliarias a las que se dedica, le comenté que quería adquirir un terreno y construir una casa -relató Rivera-. Acordamos que una de sus inmobiliarias adquiriera un terreno y construyera la casa a mi gusto y con el arquitecto de mí elección. Yo me comprometí a que, una vez que se terminara la construcción de la casa, celebraríamos un contrato de compraventa”.

“La inmobiliaria -continuó leyendo Angélica Rivera- consiguió en noviembre de 2009 el terreno de Sierra Gorda número 150 que está junto a mi casa de Palmas. Se inició la construcción de la casa en el mes de julio de 2010. Tiempo después, la inmobiliaria me comentó que el terreno de junto estaba en venta y se acordó que se compraría para integrarlo a la casa que estaba en construcción. Una vez concluida la casa, el 12 de enero de 2012, firmé con la inmobiliaria una compraventa con reserva de dominio respecto a los inmuebles fusionados con número 150 y 160 de la calle Sierra Gorda, así como en relación con las construcciones en ella edificadas. En esa fecha se me dio formalmente la posesión. El total del precio de la compraventa fue de 54 millones de pesos a un plazo de ocho años, con un interés del 9%”.

En este sentido, Angélica Rivera informó que, a mayo de 2014, cuando se desató el escándalo, había pagado un total de 14 millones 343 mil 555 pesos, “monto que equivale casi a un 30% del total del precio pactado”.

Por cierto, se ha desatado ya un nuevo escándalo sobre la persona de Angélica Rivera, ahora por la posesión de una nueva residencia, la Casa Blanca 2 le llaman, pero ahora, en Los Ángeles, en California. La revista TV Notas publicó un reportaje en el que exhibe dicha mansión, que presuntamente pertenece a Angélica Rivera. Según la publicación la casa está valuada en 63 millones de pesos y se ubica en una exclusiva zona de California, en donde Angélica y sus tres hijas buscan pasar desapercibidas en el inicio de su nueva vida en donde por cierto cuentan con varios elementos de seguridad privada que las cuidan.

La actriz, fiel a su estilo, dijo que la renta de la casa es pagada por José Alberto Castro “El Güero”, padre de sus tres hijas, debido a las actividades que llevan a cabo en Estados Unidos, al tiempo que la esposa del ex mandatario, Enrique Peña Nieto, dijo lamentar la difusión de información falsa que sólo provoca desinformación.

Acto seguido, José Alberto Castro, desmintió la versión de la publicación, dando la razón a Angélica Rivera y confirmó que la renta de la casa en donde fotografiaron a la ex actriz, es pagada por él, por lo que me parece sería muy sano saber cuanto y a quien le paga y, sobre todo, quien paga los servicios de seguridad privada que cuidan a Angélica Rivera y a sus hijas las 24 horas al día.

La historia de amor entre Enrique y Angélica terminó. Y, lamentablemente, su relación no tuvo el final esperado de “vivieron felices por siempre”. Tras casi nueve años de matrimonio, y tras más de dos años de separación conyugal, vino el desenlace fatal: el divorcio que pondrá punto final a esta telenovela de la política mexicana. Sin embargo, falta conocer si habrá segunda y tercera temporada que de cuenta de las circunstancias que, al día de hoy, o están incompletas o no se conocen. Por lo pronto se dice que, de la actriz en su casa TELEVISA, no quieren saber absolutamente nada de ella, dato que permite prever que le dificultará seguir con su carrera, aunque también se especula que se dedicará a los bienes raíces.

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