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China, el tercero en discordia

China, el tercero en discordia

Aunque a menudo tensa, la relación entre México y Estados Unidos es esencial para ambos países, especialmente ante la influencia creciente de China. En una entrevista, Lila Abed, directora del Instituto México del Wilson Center, advierte que las políticas mexicanas, como la reforma judicial y las energéticas, han generado preocupación en Washington, afectando inversiones estadounidenses

Tomado de Emeequis

La relación entre México y Estados Unidos tiende a estar en constante tensión, sin embargo, para los especialistas, hasta entre los mejores vecinos hay raspones. En el caso de ambos países es importante la cooperación y todo influye en el tono en que se dará la relación, más cuando hay un tercero en discordia, China.

Emeequis entrevistó a Lila Abed, directora del Instituto México del Wilson Center en Washington DC., para comprender la relación que existe entre México y Estados Unidos en temporada de elecciones en el país vecino y justo cuando México planea darle un cambio significativo a la manera de elegir parte de los integrantes de uno de los tres Poderes de la Unión.

“La reforma judicial ha causado mucha alarma en Washington, al igual que las políticas energéticas de Andrés Manuel López Obrador, porque suponen un enorme riesgo para las inversiones estadounidenses en México. Además, otras reformas, como la eliminación de las agencias autónomas en el país, también generan preocupación”, explica la especialista, quien advierte que el verdadero problema podría ser que México no sea claro con el tipo de relación que busca con China.

Lo que cambia es el tono de la relación

Actualmente, Estados Unidos se encuentra en campaña para elegir a su siguiente mandatario. Entre las opciones se encuentran Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Ambos aspirantes a mandatarios sostienen discursos diferentes. Mientras Kamala muestra una posición conciliadora y de colaboración respecto a México, Trump es más agresivo y amenaza con continuar con la construcción del muro, imponer aranceles y sigue responsabilizando a México del paso de migrantes y droga.

En su discurso del pasado 23 de junio en Filadelfia, Pensilvania, Trump se refirió a los migrantes como “traficantes de droga, pandilleros y asesinos”, e incluso habló de crear una liga de lucha de migrantes, basándose en el estigma de que todos los recién arribados son violentos:

“Vas a empezar una nueva liga de lucha de solo migrantes… y al final del año el campeón migrante va a pelear contra tu campeón (el de la UFC), y odio decirte, Dana, que creo que el migrante va a ganar. Así son de duros”.

Trump también ha arremetido contra los políticos mexicanos e incluso hubo un malentendido que relacionó a Marcelo Ebrard, quien formará parte del gabinete de la virtual presidenta Claudia Sheinbaum como secretario de Economía, y a quien le tocará renegociar el T-MEC.

Para la especialista, no es importante enfocarse en “la retórica política porque es un año electoral” y sin importar quién quede en la presidencia estadounidense, la relación entre ambos países continuará, pero lo que se modificará es el tono en que esta se dé:

“Si gana de nuevo el expresidente Donald Trump, puede ser que el tono y las políticas sean distintas con México, pero los temas fundamentales se van a mantener: seguridad, migración y comercio. Tanto Trump como Harris, y como me imagino la mayoría de los servidores públicos en Estados Unidos, entienden bien la posición estratégica de México”.

El verdadero problema que podría existir

Para Lila, el verdadero problema que se podría desarrollar es que México no sea claro con el tipo de relación que mantiene con China y no coloque los límites necesarios para que Estados Unidos se sienta protegido en cuanto a temas de comunicación, comercio y seguridad:

“Hay que enfocarnos en la materia que realmente importa y que realmente puede surgir como un problema para México. Tanto los demócratas como los republicanos, que no coinciden en muchas cosas ahorita en el poder legislativo de Estados Unidos, sí están de acuerdo en una cosa: frenar la expansión y la influencia de China alrededor del mundo, pero sobre todo en México”.

Lila agrega que, al resolver las intenciones entre nuestro país y China, quedan tres temas clave en la cooperación entre ambos países: migración, comercio y seguridad y que, de una manera u otra, se verán afectados.

Comercio, tema trascendental

Uno de los principales cambios en las relaciones comerciales es el crecimiento del ‘nearshoring’, una tendencia en la que, tras la pandemia provocada por el Covid-19, los países buscan trasladar sus megaempresas a zonas más cercanas a su territorio. A esto se suma la intención de fortalecer la economía de América del Norte frente a gigantes como China.

“Esto ha generado una integración mucho más profunda y fuerte en la región de América del Norte, lo que ha fortalecido la relación entre México y Estados Unidos, obviamente bajo el marco del T-MEC, que ha trazado una ruta muy clara dentro de un marco regulatorio trilateral con Canadá, brindando certidumbre y estabilidad a la relación comercial entre México y Estados Unidos”.

Lila añade que la próxima revisión del T-MEC no es una renegociación completa, sino una oportunidad para que los tres países involucrados presenten recomendaciones para mejorar el acuerdo existente. Además, subraya que es prácticamente imposible que este acuerdo se rompa.

Seguridad

Lila también explica que “Para Estados Unidos, ahorita el tema fundamental es frenar el tráfico ilícito de drogas, particularmente de fentanilo y otros estupefacientes o sintéticos; detener la entrada de precursores químicos a puertos marítimos en México, que están llegando desde China”.

Es importante recordar que el consumo de drogas como el fentanilo ha causado una crisis de salud pública en el país vecino. Tan solo el año pasado, menciona la especialista, se registraron más de 100 mil muertes por sobredosis, de las cuales cerca del 70% fueron a causa de fentanilo.

Migración

Mientras que el tema de migración seguirá siendo central en las negociaciones entre ambos países, Lila afirma que la solución es atender las razones de raíz. “El tema de la inmigración va a influir en la economía, todo influye, todo influye”.

Además, “si la inseguridad en México no mejora, esto afecta el comercio, porque los inversionistas quieren tener seguridad de que sus productos, empresas, operaciones y fábricas en México puedan operar de manera segura”.

Primero, la comunicación

Para la especialista, “como en cualquier relación entre vecinos, surgen desacuerdos, problemas y preocupaciones. Sin embargo, la mejor manera de resolver cualquier conflicto en la relación bilateral entre México y Estados Unidos es profundizando la cooperación y los esfuerzos de colaboración mutuos, así como fortaleciendo la comunicación”. Esto debe ocurrir no solo entre Palacio Nacional y la Casa Blanca, sino también entre los congresos de ambos países, y a nivel estatal y municipal, especialmente en los estados de la franja fronteriza.

Lila enfatiza que la relación entre México y Estados Unidos es sumamente importante. Aunque ambos países pueden tener intereses diferentes, estos están en constante negociación, por lo que México debe saber qué puede solicitar a Estados Unidos y qué está en capacidad de conceder: “La relación está para quedarse, es una relación que debe mantenerse. Aunque los líderes cambien en ambos países, la relación es fuerte y continuará así, no tengo duda de ello”.

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