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¡Diablos!, un aguilucho se ensaña en goleada al América

Los Diablos Rojos tocan el Paraíso, le arrebatan el Cielo a las zarandeadas Águilas del América quienes pierden la virginal castidad del invicto. 3-1.

Rafa Ramos
Analista ESPN Deportes Digital.

LOS ÁNGELES — Jugando 30 minutos con un lucifer menos, y con dos desdeñados, casi apestados de Coapa como figuras, los Diablos Rojos tocan el Paraíso, aunque no le arrebatan el Cielo a las zarandeadas Águilas del América quienes pierden la virginal castidad del invicto. 3-1.

Haret Ortega, aguilucho de cuna, con dos certeros cabezazos, garabatea el epitafio del fúnebre periplo americanista a La Bombonera. Pero, el Leónidas, fue el renacido de 38 años, Rubens Sambueza. Él, irónicamente, había suplicado retirarse este año con el América, pero, lo ningunearon. De desagradecido a desagradecido.

3-1 el marcador. Pudo tener repercusiones de escándalo, pero Alexis Canelo erró una clarísima, y Guillermo Ochoa recreó otra jornada como saltimbanqui rescatista del #911.

¿Desgaste en el América por la exitosa incursión a Filadelfia, entre fatiga y cambios necesarios? Sin duda. Pero el mismo Santiago ‘El Indiecito’ Solari había advertido que no sería una excusa. Pudo abrir el paraguas, pero, mejor, cerró la boca.

Toluca fue superior con 11 hombres en la cancha, y aún después de sufrir la bobalicona expulsión de Claudio Baeza al minuto 56. Jugar con diez, le sentó mejor al pelotón de Diantres de Hernán Cristante, que al América, pues se le colapsaron las neuronas a Solari para hacer cambios y ajustes correctos.

Enjundiosa, bravía y pulcra, la irrupción de Haret Ortega, desechado por las Águilas para llevarse a un Alan Medina, transeúnte en Coapa con pena y sin gloria. En ambos remates de cabeza, el primero con seco frentazo, y el segundo, con desesperado empujón con la mollera, rebasa la frágil, tibia y artrítica marca americanista.

Y si Haret y Braian Samudio ridiculizaron a toda la desfondada línea de fondo del América, el jugador que tomó el trinche de Luzbel en el Infierno de Toluca fue Sambueza. Hoy, en el ocaso inevitable de su carrera, juega “mejor que nunca”, en la compleja y más amplia interpretación de esa expresión.

 

Ojo: al América no puede reclamársele falta de devoción ni de compromiso. Incluso con el 1-1, en una vertiginosa anticipación de Henry Martín, llegó a tomar por momentos el látigo de la parsimonia, la calma, la pausa, ésa con la que disfruta enervar y adormecer al contrario.

Pero, como suele ocurrir cuando el América está enfrente, el Toluca estaba decidido a ir por el botín completo. Y mordió, anticipó, forzó las marcas, obligando a que el América se viera nervioso, precipitado, errático, y poco a poco fue evidente que terminó maniatado y vapuleado.

El 4-1 lo tuvo Alexis Canelo. Recibió de Sambueza y enfrente sólo estaba Guillermo Ochoa. Quiso colocar el disparo, cruzado, pegadito al poste, para hacer un gol que agitara banderas, pero el balón se escurrió a un lado. Además, Guillermo Ochoa nuevamente le quitó la vestimenta roja del escándalo al marcador, con circenses lances. No cabe duda que es el mejor atajador mexicano.

De agradecerse el descaro de los Luciferes. Porque con el 2-1, con un hombre menos, lejos de atrincherarse y tratar de administrar la ventaja, fueron a buscar ese tercero que merecidamente consiguieron, y siguieron sometiendo en desesperación, persecuciones, equivocaciones y desatinos al América, en especial, con frecuentes errores de ubicación y recorrido de Miguel Layún, y claro, normal, de Jorge Sánchez.

Los ajustes de Solari trastornaron al equipo, yendo de la desesperación al desconcierto. Roger Martínez mostró esa versión oscura y mezquina tan suya, y por lo tanto improductiva, mientras que Sebastián Córdova, nunca logró acomodarse en sociedad con sus compañeros.

América sigue de líder por mejor diferencia de goleo (+7) que Toluca (+6). Pero, le acecha el aluvión de compromisos de mayor exigencia, especialmente porque hay muertos que se salen del sarcófago cuando enfrentan a las ÁguilasGuadalajaraPachucaPumasSan LuisSantosTigresMonterrey (Concachampions), Cruz Azul, y finalmente, otra vez Rayados.

En abril pasado, tras caer ante Toluca, también por 3-1, Santiago Solari reflexionó: “Lo que viene bien siempre es ganar. En el deporte y en la vida, a veces, perder es más valioso que ganar y pone en valor cosas que has hecho y debes recordar”.

¿Pensará esta vez igual, que perder es más valioso que ganar?

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